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¿Sabías que cada ser humano está cubierto por una capa de CO2, con efecto invernadero?

Nuestro Manto Epicutáneo, que como bien sabéis, cubre toda la extensión de la piel, además de una fina emulsión de grasa y agua, se compone de una CAPA GASEOSA creada de CO2, producto de nuestra perspiración para la liberación tóxica por vía cutánea. Esta "capa gaseosa" tiene el mismo efecto protector de calor y produce un EFECTO INVERNADERO protector para nuestro organismo. Sí! el mismo que se genera en la Tierra, para mantener el calor y evitar su enfriamiento. Nosotros, de forma individual lo creamos igualmente. De manera, que si multiplicas esas emisiones por los miles de millones de seres humanos, como fuentes de contaminación llamémosle natural, te sorprenderá el grado de contaminación que creamos de forma "natural".

Fuentes contaminantes naturales

Súmale al efecto del CO2, el del Metano, que produce toda la ganadería planetaria, con su respiración y flatulencias. No olvides que la demanda de carne, supone una superpoblación de todo tipo de ganado, que atienda y satisfaga las necesidades alimentarias del ser humano en este planeta. Ya puede venir Greta Thumberg en catamarán, que ella misma supone una fuente de contaminación, que no ponderan en las cumbres. Queda pues pendiente analizar y contrastar los datos de emisión de CO2 de los humanos y su repercusión atmosférica.

Conclusión

Solución: Contrapartida con la vegetación....ah! pero eso ya lo sabíamos, no necesitamos de cumbres! Los árboles son los únicos capaces de cambiar de forma natural, el CO2 por Oxígeno. No queda más remedio que intervenir, exigiendo la plantación de un árbol, por cada nacimiento humano. Sólo así encontraremos el equilibrio medioambiental, responsabilizando e involucrando con su mantenimiento, a cada ser humano con su pulmón vegetal.